veranolibertario: agosto 2010

me lo dijo un amigo, cuando el sol comenzaba a caer.

Hoy tuve una de las mejores charlas de mi vida, fue con daniel basi

Hoy pense: la vida es tomar algo, y luego darlo. esa es la posta

voy a tomar clases de musica con daniel basi, lo re decidi, bah si es que me acepta como discipulo.

decir que alguien esta loco, en el sentido de demencia, es muy duro, no se debe decir a la ligera, se esta diciendo mucho cuando se dice eso, y menos hay que andar diciendolo por todos lados, por que se hace mucho daño.

yo sinceramente pienso que basi no esta loco ni me parece que este enfermo, me parece un tipo muy lucido, muy interesante para charlar y aprender cosas y para enseñarle cosas

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otro tema quiero dejar aca por escrito una charla que tuve con malena novoa

juan: donde estabas antes de nacer?

malena; no existia

juan: y te gustaba no existir?

malena: no, por que nadie me podia ver.

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hoy le comente a basi sobre esta charla y el me dijo.

en una frase esa nena te explico un tratado de filosfia.

increible, y me conto sobre un filosofo que publico un monton de dialogos que habia tenido con su hija de 5 años.

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me aprece muy copado preguntarle cosas a los nenes, cosas que no sabemos la respuesta

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hoy tambien me contaron que hay un libro sobre un nene que decia que el venia del sol, y que el libro se llama vengo del sol.

y que cuenta lo que el dice que se acuerda de antes de nacer

en fin me despido un cariño para todos

amnesia

los dedos toman una virtual apariencia de seres vivientes
y se lanzan a escribir.
quizas no recuerden lo de la noche anterior, pero sí saben
que han sido protagonistas.

probablemente es la locura suelta, que tiene el monopolio
de la existencia.

o se lo podemos adjudicar a litros de liquidos.
eso sería muy cobarde.

jesus al lado mio es un clavo,
yo soporto mucho más que él.
pero decime: ¿cuál es mi nombre?
¿cuál es mi fe? ¿cuál es el blanco donde hay que apuntar?

no podés responder ninguno de mis vuelos,
tus alas no funcionan cuando llueve.
mi vuelo es infinito, como el amor que sentís vos por tu auto.

hay momentos que mis piernas y mis brazos se desprenden de mí,
sólo para mostrártelos un rato.
no creas que te estoy vendiendo el alma.

el mefistófeles de Fausto es un angel que no ha caido,
lo que ha caido es tu falta de conciencia.
viví un rato más, dale, es facil para vos.

siempre que he tenido dinero he tenido amigos,
por eso amo tanto a las librerías.
porque al menos venden a sabiendas.

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mi cuento

6.00 AM daba el reloj. El mundo exigía que despierte y ponga a su servicio lo que más humano tengo de humano: mi fuerza creadora. No sólo no quería despertar de mi placentero sueño sino que de ninguna manera me sentía con fuerzas morales para afrontar el espectáculo de máscaras que me esperaba en la calle. El sólo hecho de escuchar los ruidos de la ciudad despertando me llenaba de nauseas, de ganas de aniquilar todo ese orden social perverso, que no deja a uno ser lo que su voluntad le indica, sino que le obliga a adaptarse a lo que la materialidad absurda le impone.

Con todo este carruaje de pensamientos, que torturaban mi alma, no tuve otra opción que despertar. Totalmente adormecido me preparé una taza de café, el café rancio que había sobrado del día anterior, ya que los primeros minutos del comienzo de mi rutina estaban absolutamente calculados y no podía excederme en nada, de lo contrario así como cuando se rompe una columna que sostiene una base de concreto, mi día comenzaría derrumbado y de manera odiosa: haciendo absolutamente todo a destiempo y apurado, para llegar tarde, pero humanamente tarde, a mis obligaciones.

Mis días de la semana solían ser casi idénticos. Nada ocurría ahí afuera. Todo era quieto, todo olía a una aplastante armonía moribunda. Si había algo que yo realmente detestaba era el transcurrir sin sentido. No podía soportar que esa masa de personas que me acompañaban en el viaje al trabajo hubiesen caído todas bajo el látigo del amo domesticador. Pero también me preguntaba si yo no me había convertido en uno de ellos, ya que toda la revolución transcurría dentro de mí; por fuera no era más que un pobre desgraciado que sumaba uno más a todo ese asqueroso rejunte matemáticamente controlado. Nada hacía para cambiar las cosas, me sentía impotente y rebalsado por los mecanismos que me oprimían. Pero sin embargo un pensamiento me consolaba: “algún día, algún día”.

Yo no sé si mi historia les parecerá interesante. Tampoco pretendo interesarles. Ustedes sólo llegan a las cimas cuando éstas descienden hasta el fango que los cobija. Así que no pretendo agradarles, quizás es una manera de ahorrarme dinero en otras maneras de soportar esta banal existencia. Sí, el escribir en este instante estas absurdas oraciones me parece la manera más hermosamente egoísta de soportarlos. Pero, en fin, seamos sinceros, al menos les presto mi historia para sus carcajadas.

Iba parado leyendo un libro de unos cuantos años de antigüedad; hablo por supuesto del momento en que fue concebido. Me resulta imposible leer a los contemporáneos. De hecho y para ser sincero, me parecen una basura infantil.

Siempre iba parado en el tren, ya que éramos muchísimos los pobres diablos que no teníamos otra opción. Podía percibir la mirada inquisidora de todos los viajeros, todos me miraban, todos opinaban en silencio de mi persona, lo puedo jurar. A tal punto que mi rostro no podía estar relajado un solo segundo, estaba constantemente en tensión, soportando el infierno de los otros. Esto ya me hacía comenzar la mañana lleno de fatiga, abrumado y objetivado.

Al aproximarme a mi lugar de trabajo, mejor dicho, mi lugar de suplicio, mis músculos comenzaban a tensarse, mis pensamientos críticos a intentar apagarse y mi alma a tratar de descender para arrastrarse por unas horas, que de hecho, había días que parecían años enteros.

Ya de regreso a mi casa, me encontraba absolutamente derrotado, cansado mental y físicamente. El cumplir con la obligación social de tener un empleo mediocre, como todos los empleos, me resultaba totalmente doloroso y humillante. Debía obedecer a quienes, si fuera un poco valiente, jamás concedería un segundo de mi tiempo. Pero les repito, aún no era yo un buen guerrero. Faltarían muchas más batallas para arrojar mi as. Y nuevamente resonaba en mí el eco de mi consuelo: “algún día, algún día”.

Por suerte ya era el último día de la semana, por lo tanto podía entregarme a la Luna sin condición alguna. Preparé mis cigarrillos y mi vaso de vino y me arrojé a las meditaciones. Era en estos momentos en los cuales podía sentirme vivo y sumamente importante para el mundo. Esta soledad auto impuesta me proveía de una satisfacción que en nada se podía comparar a estar acompañado de los gusanos diarios que me imponía el Sol. Así yo, mediante este método, acumulaba fuerzas espirituales para luego volver a la misma porquería diaria. Me recargaba en la oscuridad, con las arañas y los vampiros. Por el momento no había otra manera de poder paliar el vivir, o al menos a mí no se me ocurría.

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Amo al cigarro

Porque me hace sentir imperfecto,

Amo al cigarro

Porque me hace sentir dependiente.

Lo amo porque si no lo tengo

Lo busco,

Y porque si lo tengo

No le escapo.

Amo al cigarro

Porque es mi futuro,

Es mi futuro

Dejarlo.

Amo al cigarro

Porque es mi pasado,

Es mi pasado

Añorarlo.

Y por sobre todas las cosas

Porque es mi presente,

No es mi futuro

Ni mi pasado.

Conoce mis secretos

Mis lunas,

Mis placeres

Y mis agonías.

Pero hay algo que nunca le voy a perdonar,

Y es el hecho de su prostitución mercantilista.

-“Nene, deja de usar al cigarrillo como chivo expiatorio de tus males”,

Díjome una nube.

-“Pues, por qué no te callas y sigues escupiendo gotas; tú, cosa intangible y resentida”.

Le contesté.

Luego de esa pequeña disputa, vino el señor Rayo y nos mandó a trabajar a los dos.

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cuando me muera

el dia que me muera
morire
yo les diria que no lloren
pero hagan lo que quieran

mi cuerpo sera de ustedes
yo simplemente no existire mas
hablen de mi
o recuerden mi alma

se que sere un heroe
por que todos los que en vida
fuimos poetas
cuando morimos
somos leyenda

por si acaso no pueda hablar muerto
les digo
ha sido un gusto
pero vuelvo a donde pertenesco
a la nada

gracias por invitarme
a esta fiesta enferma
de personas que saben
que mueren viviendo

me he perdido muchas cosas
es lamentable
pero yo no he podido domar al tiempo
tampoco podran ustedes

asi que suponganme muerto
como quieran
yo ya lo hice

se que he amado
odiado
y hasta maltratado

mi muerte no es tan fea
como el mundo
que me acobijo
en vida

entonces no sean drasticos
simplemente
un ser humano
se fue
para siempre

y el tema del tiempo
se los dejo a ustedes
yo
no
pude.
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cuando seamos dos... (dijo mi abuela)

y dejemos de repartir un poco a cada uno
para sumarlo a la unidad

y suframos la existencia
amando las palabras

y veamos en el sol
una referencia de pasion

y cantando elevemos
las dolencias del alma

y caminemos de la mano
sin temor a soltarnos

y miremos a los otros
como si fueramos nosotros

y cantemos las penas
para compartir las fortalezas

y lloremos con lagrimas
repletas de comunion

y caigamos en la nostalgia
de descubrir lo irremediable

y fumemos el cigarro
del olvido del rencor

y gritemos indignados
la crusificcion del de atras

y esquivemos vientos
que procuran desviarnos

y las guitarras nos aplaudan...

... seremos uno.

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cuentito

Y la puta madre, sale el sol. Siempre lo mismo. Siempre el sol haciéndose el macho sobre la costanera.

-Mierda, con resaca es casi imposible vivir al sol.- Dijo Parov.

-Pero ni lo dudes, es como poner huevos para otra gallina.

Y así estos sujetos comenzaban su día, con resaca, sin sueños y sin cuentas bancarias.

Cuando digo estos sujetos me refiero al resacoso y, al pone huevos que, lamentablemente este último era yo.

Habíamos tenido una noche dura, sin dudas. Hablamos hasta de la resurrección y de Roma.

Maldita mierda aristocrática. Nosotros podíamos comprar libros.

Lo que recuerdo es que teníamos acceso a bibliotecas, al igual que el viejo nazi. Pero nosotros estabamos enfermos,

queríamos cambiar la música de la Rockola del bar. Eso signiicba mucho.

Parov cojió unas monedas y dijo;

-Che puto marica, miedoso y cerdo.

-Te hablan a ti.- Le dije al hombrecito que comandaba la barra.

-Una más de esas y te rajo al igual que anoche.- Contestó con asquerosas ganas de molernos a trompadas.

-Es mejor una cerveza, olvida eso de las monedas y la música.- Le dije a Parov.

Terminamos echados a los tumbazos de ese antro, que tenía aspiraciones respetuosas, como por ejemplo no perder la clientela

de café a la mañana siguiente. Claro, es horrible que un bar que tolera borrachos y ezquisofrénicos no internados, le sirvan

el café a la mañana.

Los moretones no nos importaron tres carajos. Ibamos, caminabamos, eramos los reyes del mundo.

-Vamos por una cerveza Parov.- Le grité casi relajado.

-Cosa de niñas.

-Tu madre es de esas, que provocan para probar.

-Al menos es sincera, maldita panza.

-Estoy contigo en esta.- Le dije.

Y así seguimos. Nos dirijimos a la plaza a jugar el gran torneo de ajedrez.

Muchas barbas blancas, muchos jovenes envejecidos, muchas madres agotadas. Eso era el Gran Torneo de Ajedrez.

-Después de la paliza de anohce, esto es como cambiar las cuerdas a la guitarra en una plaza mariconedamente hippie.

-Tú siempre con esa mierda suelta en tu cerebro.

-Anda, mueve peón cuatro rey.

Y nos dirijimos a dormir. Nos separamos al llegar a la intersección de las avenidas llenas de luces rojas.

Eran rojas, como la sangre, como los abortos y las rameras.

Desperté y veia en la televisión a un gran compañero que me exhortaba a que lo siga. Yo pense: "genial, un condenado lider"

Ah, no. También habían pasado de moda.

-Traeme la botella de agua, mujer.

-¿Quieres beber?

-Pues, claro.

-Bebe de mí, y hasme sentir viva.

-Eso es muy lejos, paso. Traeme el agua.- Le dije cojiendo el telefono.

-Maldito inservible. Ni manejar sabes, ni manejar una vida.

-Estoy de acuerdo. ¿Me alcanzas el agua?

-¡No! Púdrete.

-A tu salud.

Lamentablemente volví a lo de Parov. Era el único que no le tenía miedo a la muerte. Bebimos, hablamos y jugamos al ajedrez.

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ELLA

Necesito que tus melodías
Tapen mis oscuros ruidos.
Necesito que tus canciones
No dejen sonar las baladas de mi alma.
Mis manos te tocan…
Sabiendo que me ayudarás a soportar
La cruel noche que se consume en tabaco.

Soñamos juntos,
Vos no servís sin mí…
Y yo no existo sin vos.
Tu contorno tan perfecto,
Mi superficie tan mentirosa
Como la amarga compañía de mi sombra.

Hablamos sin palabras,
Sentimos sin sentido,
Intentamos no pensar
Y juntos nos desgarramos de placer,
El placer del dolor eterno
De dos corazones embarrados
En el barro del rencor.

Quisiera pedirte un último favor,
Déjame solo y vete.
Puedes tomar tus melodías,
Puedes llevarte tus sonidos.
Yo simplemente quiero no necesitarte
De nuevo otra noche triste…
Y tener que volver a amarte.

¡Oh guitarra mía!

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la desperdiciada

tenía una rigurosa disciplina,
sabía a qué hora y en dónde.
solía lustrar sus zapatos
y cantarle a las flores.

con sus sufrimientos a un costado
su efectividad al frente,
y su rostro agonizando
golpeaba día a día las puertas del jefe.

los sueños que crujian dentro
apestaban a tabaco,
estiercol
y miseria.

la desperdiciada sólo era una ramera,
todo lo hacia nada mas que por dinero.

hablo, por supuesto,
de la desperdiciada existencia.

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mi biblioteca

mi biblioteca es
tan desordenada y abstracta
pero tan admirable y preciosa

esos papeles amontonados
me llenan de orgullo y de amor
es algo especial entre ella y yo

cómo te quiero preciosa
así tan diversa, ambigua
y sobre todo compañera

sólo pararme y observarte,
contemplar tus mundos lejanos
tus ideas apocalipticas

sos una unidad en una diversidad
tan asquerosamente atrevida
que te designo un mueble por eso.

y si no fuera porque
la ultima palabra la tengo yo,
te condenaría.

ya sé, tengo ventaja
soy un acido ser viviente
vos sos una dulce coleccion de muertos... eternamente vivos.

asi cualquiera....
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26/04/2010, medianoche. Volviendo en tren a casa -furgón-

Para que mis sentidos no olviden a los rostros
envejecidos a golpes de penas,
para no olvidar jamás la crueldad cotidiana
que somete a los desposeídos en cuerpo y alma.
Para gritar: ¡sí, existen, acá están!

Porque no quiero que la comodidad me
embriague de mentiras,
y porque me rehúso a empedrar mi corazón.

Por eso viajo con los humildes,
porque tienen tan poco como yo
y porque tengo tanto como ellos.

Veo vicios, escucho historias...
Existencias que corren a los cuerpos sin poder
alcanzarlos.
Escucho historias de amor, de drogas y de
borracheras.
Y también percibo soledad, angustia, resignación
y dolor.
La fuerza revolucionaria se encierra en un encendedor
que alimenta la llama del escape.
El alma pide a gritos otro paisaje, pero el cuerpo
ya es demasiado pesado, denso, imposible
de acompañar en el viaje a otra dimensión.
Las sonrisas salen caras.
Y una bicicleta golpéa en el higado a la esperanza...

Y amontonados los destinos nos unificamos
para lograr una idéntica meta:
seguir durmiendo, seguir dormidos...

Las mentirosas carcajadas arrojan barro y mugre,
pero sirven para disminuir el dolor
de caminar hacia la nada.
Esa nada que lamentablemente ni siquiera es nada,
porque nos obstruye, nos moldea y configura.

Caminamos entonces juntos hacia el todo,
ese todo de otros, de ellos, de nuestros dueños.
La libertad es una planta que no germinó en
este tren.
La libertad es una mujer que hoy, para nosotros,
no salió del Eden.

Y he aquí mi destino, donde debo bajar...
Donde debo bajar para continuar soñando
y buscando tierras fértiles para mi planta
libertad,
y un jardin como el Eden para mi hermosa
mujer.

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rosario

por conocer el sabor del rio
tuve que probar la densidad del mar.
ella se decia dulce
pero su sal asomaba sedienta.

fue así que tuve que arrimar mi barco
hacia su puerto
sólo para mostrarme
atento, despierto y loco.

y los relojes pasaban corriendo,
periferias alternas
con sabores de anillos
comprometidos y alunados.

que las estrellas desciendan
hacia unos hombros
fue a primera vista
una ilusion...

y enfocando la visión
no era más que
un dia nublado
alternando un arcoiris

pero ella fue más que lo que ella fue
sigue siendo lo que no fue
pero es lo que fue
y sigue siendo lo que será.

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Sophia salió de su coraza
y se abrió a los mortales.
Ella tenía miedo de que la abracen todos.
Sólo queria ser Sophia...

Pero un buen día decidió atravezar el fango
de las coronas,
y se situó en la falda de un buen caballero.
A él lo llamaban Logos.

Caminó junto a él durante siglos.
Eran hermosos juntos,
hasta parecían una verdad.

Igualmente Sophia no podía,
no quería
ser esclava de nadie.
Sólo quería ser Sophia...

Entonces la pobrecita se inclinó
por las tumbas.
Vagaba y vagaba por los cementerios
buscando su pasado.

Los hombres ya no le gustaban
y Logos se había hecho un principe,
y ella no queria oro.
Ella queria ser Sophia...

Intentaron comprar su hermosa piel
y sus preciados cabellos,
pero ella tuvo honor de negar
la negación de ser.

Volvió entonces a sus muros
donde se sentia protegida
por el anonimato de la existencia absoluta,
aquella que no necesita el ellos para ser el yo

Aunque su corazón tenía pasión y altruismo
tuvose que conformar con un muro.
Un muro que la protegiía de las lanzas de los hombres
que querian tomar su mano.

Es así que la pobrecita Sophia se transformo en nube
para ser casi transparente,
casi inperceptible.
Porque ella solo queria ser Sophia...
solo queria ser Sabiduría.